martes, 2 de febrero de 2021

Cómo influyen las microestructuras en la cultura de aprendizaje y colaboración

Un salón de actos
  • Un salón de actos sin luz natural.
  • Una sala estrecha con una única mesa.
  • Aulas con bancos atornillados al suelo.
  • Pupitres que recuerdan al instituto.
  • Mesas dispuestas en forma de U.
  • Sillas en círculo sin mesas.
  • Sentados a la sombra de un árbol 
Estas son algunas de las microestructuras tangibles que nos podemos encontrar a la hora de trabajar con grupos. 

Las microestructuras son (según Keith y Henri) los espacios físicos donde nos relacionamos y aunque parezcan poca cosa, su impacto en el aprendizaje y la innovación es enorme. 

Están diseñadas para vender, formar, debatir, co-crear, controlar o una mezcla de todas ellas y nos pueden facilitar o entorpecer la forma de trabajar y colaborar con otros.

De hecho, su importancia es tal, que un pequeño cambio en alguno de sus elementos, puede marcar la diferencia entre sufrir una sesión poco participativa y aburrida o disfrutar de otra mucho más animada y productiva, porque bajo cualquier cosa que hagamos, siempre habrá una estructura, mejor o peor, que soporte o guíe lo que estemos haciendo. 

Una sala estrecha con una única mesa 
En las microestructuras están incrustados los permisos que la organización concede para movernos y conectar libremente entre nosotros. Esto incluye los límites para modificar la disposición de las mesas, mover las sillas o utilizar las paredes para pegar post-it o cubrirlas de cartulinas (aquí puedes leer el Manual para nuevos empleados de Valve que es todo un prodigio de libertad en el lugar de trabajo). 

Espacio físico, comunicación y poder


El espacio, sea físico o simbólico, es un estructura decisiva para la comunicación humana, porque el mundo material que nos rodea puede condicionar nuestro modo natural de relacionarnos, incluso cuando lo percibamos como incuestionable:

  • ¿Abrir o cerrar los espacios de trabajo?
  • ¿Ventanales con vistas al exterior o claraboyas para evitar distracciones?
  • ¿Qué tamaño ha de tener el despacho del jefe?
  • ¿Qué forma la mesa de reuniones del consejo de dirección?
  • ¿Acondicionamos una sala para formación o utilizamos la multiusos? 
  • ¿Con qué mobiliario?

Un círculo de sillas
Muchas veces las respuestas se dan por supuestas, bien porque se desconoce su impacto en la cultura organizativa o porque se basan únicamente en criterios estéticos, de presupuesto o de continuidad, porque siempre ha sido así

Sin embargo, su papel es muy importante en la creación del espíritu corporativo, al facilitar o entorpecer la aparición de actitudes y comportamientos en la toma de decisiones que formarán parte por ósmosis de la cultura de la empresa

El caso es que cuando las organizaciones remodelan sus espacios, lo hacen para mejorar el rendimiento y dar a las personas un significado especial, para mostrarles cómo quiere que se hagan las cosas de manera eficiente.

El espacio se convierte en estos casos no solo en un contenedor para el poder, sino en un medio mediante el cual el poder se comunica:

La manipulación del espacio se contempla como un elemento integral para capturar el corazón y la mente de las personas. Reordenar los espacios de trabajo, es un intento organizativo para influir en la cultura y apropiarse de la identidad de los empleados.

 'Materiality at work'  Lisa Conrad & Nancy Ritcher

Las microestructuras suelen venir impuestas y no siempre la organización es consciente de su influencia cultural. El caso es que evidencian normas no escritas, pueden revelar valores corporativos contrarios a los declarados y muestran, a quien quiera verlo, cuál es realmente el valor de las jerarquías.


Estructuras de una organización que aprende (adaptado de "Liberating Structures")

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